Flujo

20 May, 2013 § 2 comentarios

Documentación (2009)

Documentación (Colera, 2009)

Se escribe y se escribe y no se deja de escribir. Se escribe y se lee y se vuelve a escribir y se relee y se reescribe y se sigue con ello hasta parar, se continúa escribiendo mentalmente y de repente se canta y se pone uno a oler para que se puedan ir los pensamientos a otra parte. Se sigue cantando, se mezclan canciones y se miran las cosas, a veces por el color y otras por la forma, sin verlas, se miran y te invaden y de nuevo cantas, luego tarareas y cuentas los pasos sin número. Pruebas un gesto u otro, sigues así. Como no has cerrado la puerta, entran algunas emociones recientes, suspiras y ya no piensas una pequeña historia mientras esperas para cruzar la calle. Vamos a dejar que las emociones recientes digan lo que tienen que decir y esperaremos con paciencia a que el estómago o el mismísimo cerebro decidan. ¿Qué tendré antes? ¿Hambre o curiosidad?

Tiempo.

Antes tendré tiempo. El tiempo siempre está antes. O entre. Incluso después, pero nunca está en. Porque nosotros estamos en el tiempo, claro. Es un sitio interesante, no hay que negarlo. Tiene la virtud de proporcionar una representación del mundo exquisitamente secuenciada y el defecto de no poder hacerse responsable de la simultaneidad del pensamiento. Todo ello resulta finalmente reconfortante, no tengo la menor objeción (he salido con lo justo).

Cuando me entran muchas ganas de fumar un cigarrillo abandono la peregrinación, me instalo de nuevo ante al ordenador y entonces se escribe y se escribe y no se deja de escribir. Se escribe y se lee y se vuelve a escribir y se relee y se reescribe. El conjunto de todo esto es muy -adjetivo- y no deja de -verbo en forma reflexiva-. Así que fluye y fluye por el río de mi vida la escritura sin nada que la detenga; siempre ha vencido a las pausas.

Lo sabía.

Cuando el tiempo se convierte en una herramienta, algo que mueves y accionas (y sobre todo, vigilas), el enemigo más ergonómico que jamás hayas tenido, una entidad en la que sí puedes confiar, todo fluye. Todo, absolutamente, fluye. Ríanse de los favores que nos hace a diario la ley de la gravedad, el tiempo es nuestro verdadero aliado.

¿Dónde estoy?

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